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Para entender mejor la última etapa de producción artística de Rafael Canogar, es necesario conocer su extensa trayectoria, desde su período de formación, bajo la enseñanza del pintor Daniel Vázquez Díaz, hasta la actualidad. Su primera etapa se ve fuertemente marcada por su maestro, una figuración con reminiscencias cubistas, especialmente en la contención y el rigor de la estructura compositiva.

Canogar experimenta con el informalismo a partir de 1954; a diferencia de la abstracción americana, el informalismo europeo buscaba la completa eliminación de un armazón formal y conceptual. En 1957, Canogar y artistas como Luis Feito, Antonio Saura Atarés, Manolo Millares, Juana Francés, entre otros, forman El Paso. Este colectivo sería sumamente influyente para el movimiento de vanguardia en España.
Para el pintor toledano, el informalismo había perdido ya su carácter liberador y ahora lo percibía como algo que lo limitaba. En busca de satisfacer una necesidad de comunicar la realidad y los acontecimientos de la época, Canogar retoma la figuración sin olvidar los hallazgos encontrados en su aventura abstracta. En esta etapa podemos observar la fragmentación del espacio de escenas sucesivas y la yuxtaposición de ellas en un mismo marco. La segunda parte de esta etapa de regreso a la figuración es testigo de figuras anónimas que son golpeadas, arrestadas y asesinadas, claros indicios de la situación
social y política de inestabilidad y represión que sufría España.

Canogar regresa a la abstracción y ahora toma una problemática muy propia de la pintura, el análisis de los elementos consustanciales a la práctica pictórica. En esta etapa, comulga con los postulados del movimiento francés Support/Surface. Para este movimiento la pintura es la pintura misma, no debe de aludir al artista, su biografía, la historia del arte o cualquier otra cosa, sólo hace referencia a sí misma. La única discrepancia de Canogar hacia el movimiento es, mientras que los seguidores del Support/Surface rechazan cualquier aproximación emocional con el espectador, la pintura de Canogar está llena de expresividad y lirismo.La última etapa de Canogar se ve marcada por la manipulación y experimentación del soporte, la exaltación de la materia; el manejo del color es fundamental en estas obras, ya que ayuda a resaltar las sólidas estructuras y las texturas imperfectas y ásperas. Imágenes geométricas usadas como
íconos y signos “liberan un complejo sistema de símbolos que se definen a sí mismos.”

Canogar ha participado en un gran número de galerías y ferias internacionales en como en la Feria Internacional de Madrid, la Internationale Kunstmesse Basel, ARCO, en la ArtBo (Feria Internacional de Arte de Bogotá), la Bienal de Veneica, Artesevilla, entre muchas otras. Ha colaborado con la Galleria L’Attico de Roma durante varios años, actualmente trabaja con Álvaro Alcázar y Galería Hispánica México. La obra de Rafael Canogar forma parte de varias colecciones importantes a nivel mundial como: la colección del Banco de España, Colección BBVA, la colección del Museum für Moderne Kunst, Fráncfort, la colección de los Museos Vaticanos, Museo Tamayo Arte Contemporáneo. Además, vale la pena mencionar que su obra siempre ha sido muy bien recibida por la crítica especializada.

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